El fomento del hidrógeno renovable en la movilidad sostenible

Meritxell Sayol Serra.

15/12/2022 Actualidad Jurídica Aranzadi, n.º 990. También en Legal Today (legaltoday.com)


El sector del transporte es uno de los que genera mayor contaminación no solo en la Unión Europea, sino también en España.

La penetración del vehículo propulsado por hidrógeno es casi inexistente en la actualidad, por lo que todavía queda camino por recorrer para poder alcanzar objetivos de neutralidad climática

La descarbonización de la economía es uno de los objetivos planteados por la Unión Europea en el próximo horizonte 2030-2050 y pretende dar cumplimiento a los compromisos asumidos en el Acuerdo de París. La reducción de los gases efecto invernadero no solo se presenta como un objetivo, sino también como un desafío ambicioso para conseguir la neutralidad climática en un entorno donde la apuesta por las energías renovables está avanzando, pero en el que todavía se depende en gran medida de las energías tradicionales provenientes de combustibles fósiles.

El sector del transporte es uno de los que genera mayor contaminación no solo en la Unión Europea, sino también en España. Por ello, dentro de las iniciativas, planes y normativas adoptados a nivel europeo y nacional, se incluyen medidas específicas encaminadas a reducir los niveles de contaminación producidos por este sector a través de la firme apuesta por la movilidad sostenible.

Aquí nace el debate del vehículo eléctrico y del fomento del uso de los gases renovables y, en particular, del hidrógeno renovable. La electrificación del parque de vehículos de España es esencial para las próximas décadas. Así, el vehículo eléctrico, que incluye los vehículos eléctricos de pila de combustible o de hidrógeno, se postula como la alternativa favorita en la transición energética, precisamente por sus bajas emisiones.

¿Pero existe realmente normativa que regule el fomento del hidrógeno renovable?

Actualmente en España no existe una regulación específica sobre hidrógeno renovable, sino que su escasa regulación se plasma en normativa dispersa. Sin embargo, las actuaciones realizadas y que se espera que se realicen en la Unión Europea y en España permiten confirmar la clara apuesta por este tipo de gases renovables.

Este impulso lo podemos encontrar a nivel nacional en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, cuya medida 1.8 muestra el fomento a los gases renovables, incluyendo el hidrógeno renovable, como vector energético, mientras que la medida 2.4 contiene medidas para la penetración del vehículo eléctrico, incluyendo vehículos de hidrógeno con pila de combustible. Por su parte, la Ley 7/2021, de 20 de mayo, de cambio climático y transición energética, también incluye disposiciones para el fomento del hidrógeno y la aprobación de planes específicos a nivel nacional. En particular, su artículo 13 incluye objetivos en materia de transporte.

Asimismo, el pasado 13 de julio de 2021, el Consejo de Ministros aprobó el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) para el desarrollo del vehículo eléctrico y conectado, en el que incluye la fabricación de pilas de hidrógeno, y el 14 de diciembre de 2021 aprobó el PERTE de Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento para, entre otros, fomentar nuevos modelos de negocio en el marco de energías renovables, ello en el contexto del Plan Nacional de Recuperación, Transformación y Resiliencia y de los Fondos Next Generation EU.

Por otra parte, también destaca la Hoja de Ruta del hidrógeno, cuyo principal objetivo es identificar retos en el desarrollo del hidrógeno renovable y posibles medidas a adoptar para superarlos. La Hoja de Ruta identifica el sector de los vehículos pesados como uno de los principales sectores en los que el hidrógeno puede posicionarse como alternativa pionera en su uso como combustible. También en el transporte ferroviario, marítimo y aéreo existen ya proyectos para incorporar el hidrógeno como combustible. Recientemente, España ha aprobado el Real Decreto 376/2022, de 17 de mayo, que regula el sistema de garantías de origen aplicable al hidrógeno renovable, y en materia de ayudas existe el Plan Moves III.

Por su parte, la Unión Europea está trabajando también en el impulso progresivo de los gases renovables y muy en particular en el hidrógeno renovable. Una de las primeras directivas en materia de desarrollo de gases renovables es la Directiva (UE) 2018/2011 relativa al fomento del uso de energía procedente de fuentes renovables, transpuesta parcialmente en España. En materia de movilidad sostenible, destaca el Pacto Verde Europeo aprobado en diciembre de 2019, que ya anunciaba el objetivo de trabajar en la expansión del vehículo eléctrico y la investigación e innovación en materia de transporte, como es el hidrógeno limpio.

Asimismo, existen varias iniciativas que se encuentran en fase preliminar, como la creación de un Banco de Hidrógeno anunciado recientemente por parte de la presidenta de la Comisión. Otro ejemplo de acción de la Unión Europea en este campo es la estrategia de hidrógeno para una Europa climáticamente neutra, en la que se aboga por el fomento de las pilas de combustible de hidrógeno en vehículos pesados y se crea la llamada «Alianza Europea para un Hidrógeno Limpio» para contribuir a crear inversiones en este sector a través de proyectos viables.

Mínimo despliegue del transporte propulsado por hidrógeno

Sin embargo, actualmente el despliegue del transporte propulsado por hidrógeno renovable se encuentra en estado incipiente. Algunos de los motivos por los que su uso en transporte terrestre y turismos comerciales no está extendido son la falta de incentivos para la compra de este tipo de vehículos, poco despliegue de puntos de recarga de hidrógeno (las llamadas hidrogeneras), pocas ayudas a la industria de la automoción para favorecer la producción de este tipo de vehículos eléctricos y falta de una regulación concreta.

En definitiva, existe una clara implicación por parte de la Unión Europea y España hacia el impulso del hidrógeno renovable para el transporte. Sin embargo, la penetración del vehículo propulsado por hidrógeno es casi inexistente en la actualidad, por lo que todavía queda camino por recorrer para poder alcanzar objetivos de neutralidad climática materializados en transporte propulsado por pilas de combustible de hidrógeno.

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