La financiación del mid-market: retos y oportunidades en España


El tejido empresarial español está compuesto principalmente por pequeñas y medianas empresas, que representan más del 99 % del total, según la Dirección General de Industria y de la PYME.

Dentro de este grupo, las empresas de tamaño medio —conocidas como mid-caps— juegan un papel fundamental. Este segmento empresarial, también referido como mid-market, no solo es un motor clave de empleo y crecimiento, sino también un mercado en plena expansión.

1. Retos en la financiación del mid-market

A pesar de su gran potencial, las mid-caps pueden enfrentar mayores dificultades que las grandes corporaciones a la hora de acceder a financiación.

Uno de los principales obstáculos es su acceso limitado al mercado de capitales. Las colocaciones en mercado suelen requerir importes elevados para que resulten rentables para los bancos colocadores o intermediarios, lo que, en muchos casos, excede las necesidades de financiación de las mid-caps. Además, estas empresas suelen carecer de rating crediticio, lo que sin duda puede suponer un impedimento para acceder a determinados mercados (como el continuo). A esto se suman ciertas restricciones legales, como la imposibilidad de las sociedades limitadas —la forma jurídica predominante entre las mid-caps en España— de emitir obligaciones convertibles o endeudarse más del doble de sus recursos propios.

Las mid-caps también pueden encontrar limitaciones para acceder a ciertos productos financieros. Aunque el abanico de actores a los que acudir (banca comercial, fondos de direct lending, inversores institucionales...) se ha ido diversificando progresivamente para financiaciones corporativas a través de préstamos y líneas de crédito, lo cierto es que aún se mantiene el peso histórico de la banca comercial para ciertos instrumentos de circulante y avales (aunque nuevos actores van entrando en el mercado lentamente). Por otra parte, a menudo necesitan productos específicos para gestionar su tesorería más eficientemente, afrontar inversiones de capex o financiar adquisiciones o planes de expansión, que requieren de soluciones e instrumentos contractuales más complejos que los que están acostumbradas a manejar tradicionalmente.

2. Oportunidades y flexibilidad en un mercado en expansión

Sin perjuicio de lo anterior, financiar a una mid-cap puede representar una gran oportunidad para los financiadores.

Las empresas que forman parte del mid-market suelen encontrarse en pleno proceso de expansión cuando no son directamente start-ups, lo que les otorga un alto potencial de crecimiento y las diferencia de las grandes corporaciones, normalmente ya consolidadas y estables en el mercado. A su vez, esto otorga a los financiadores la posibilidad de ser actores clave en la evolución de estas compañías, acompañándolas en su desarrollo y, por supuesto, obteniendo rentabilidad a medida que crecen.

Para posibilitar esta expansión sin imponer excesivas restricciones a la compañía y asegurar la rentabilidad, es fundamental que los términos contractuales de la financiación sean lo suficientemente flexibles. Por ejemplo, los covenants y las restricciones sobre el endeudamiento adicional pueden estar vinculados a indicadores dinámicos, como el EBITDA o la cifra de negocios, en lugar de ser fijos. Además, podría ser interesante vincular una parte de la remuneración de la financiación al rendimiento de la empresa, lo que podría abaratar el coste a la empresa y generar una mayor rentabilidad para los financiadores si la compañía prospera.

3. Financiación sindicada: una solución estratégica para el mid-market

En la mayor parte de los casos, las mid-caps se financian a través de distintas financiaciones bilaterales con sus entidades de confianza. Este enfoque —aunque común— no siempre resulta ideal, ya que obliga al equipo directivo de la mid-cap a gestionar una estructura documental extensa y no necesariamente homogénea entre sí.

En este contexto, aunque pueda generar cierta reticencia al principio, la financiación sindicada puede convertirse en una opción favorable para las mid-caps, siempre que se negocie adecuadamente y la empresacuente con el debido asesoramiento legal y financiero.

A diferencia de las financiaciones bilaterales, las financiaciones sindicadas funcionan bajo un régimen de mayorías. Esto significa que, en gran parte de los casos, solo será necesario contar con el visto bueno (waiver) de una mayoría simple de las entidades para llevar a cabo una determinada actuación o modificación de la financiación, evitando así tener que llegar a acuerdos con cada una de ellas.

Por otro lado, contrariamente a lo que pudiera parecer, los contratos de financiación sindicada no son necesariamente más restrictivos que los de financiación bilateral. De hecho, las financiaciones bilaterales suelen formalizarse en pólizas estandarizadas (distintas según el tipo de entidad prestamista), mientras que en las financiaciones sindicadas puede haber mayor margen para la negociación y, por tanto, mayor adaptación a las necesidades de la empresa por parte de todos sus financiadores integrados en el sindicato.

Por último, la experiencia demuestra que, cuando las mid-caps afrontan procesos de expansión (e. g., internacionalización, adquisición de un negocio) o atraviesan situaciones complejas (e. g., refinanciación, reestructuración), suelen acabar recurriendo —voluntaria o forzosamente— a una financiación sindicada.

En este sentido, anticiparse y estructurar una financiación sindicada con tiempo, antes de que sea estrictamente necesario, y negociarla adecuadamente de forma ordenada y por anticipado, podría ser una estrategia conveniente para las mid-caps.

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