"...la oficina de Nueva York ofrece visibilidad sobre aspectos de desarrollo de negocio que no siempre están tan presentes en los quehaceres de un abogado joven... "

José Félix Velasco

UM Nueva York

Difícilmente olvidaré el día en el que mi socio, Jaime Pereda, me llamó a su despacho y, después de invitarme a tomar asiento, comenzó diciendo de forma sosegada: “Verás..., hay una lista y parece que ahora mismo tu nombre aparece en el primer puesto”. Mientras mi mente aceleraba anticipando lo que iba a tener que decir en mi correo de despedida del despacho, recibí una muy agradable sorpresa: se trataba del listado interno de candidatos para ocupar la plaza de asociado residente en la oficina de Nueva York por un año.

Después de un par de años en los que la marea de la pandemia ha subido y bajado de forma intermitente en todo el planeta, se me presentaba la ocasión de trabajar en una de las ciudades más bulliciosas del mundo. Además, iba a tener la oportunidad de vivir un momento especial, en el que la ciudad buscaba reencontrarse consigo misma, retomando su papel de centro neurálgico del hemisferio occidental después de que el virus vaciase sus calles y oficinas durante casi dos años.

Escribo estas líneas después de ocho meses aquí. A lo largo de este tiempo, la ciudad ha florecido. La timidez con la que se presentaba cuando aterricé en enero, con una sensación térmica de -18º C, es hoy cosa del pasado. Los enjambres de turistas han reconquistado Times Square, que durante un tiempo volvió a ser transitada solo por los locales. Los clásicos atascos y la cacofonía de sirenas vuelven a ser parte del día a día. En definitiva, parece que la pesadilla del temido confinamiento se va dejando atrás.

A nivel profesional, la oficina de Nueva York ofrece visibilidad sobre aspectos de desarrollo de negocio que no siempre están tan presentes en los quehaceres de un abogado joven en una oficina más grande, como la de Madrid. Además, se adquiere una mayor perspectiva sobre el puzle que conforma el despacho, viendo como las distintas piezas se mantienen unidas por unos mismos valores: ofrecer a los clientes el mejor servicio y a los abogados de la casa las mejores oportunidades. En resumen, supone una oportunidad de crecimiento profesional y personal al alcance de unos pocos y, por ello, estoy muy agradecido al despacho y soy consciente de la inmensa suerte que supone haber sido elegido para esta aventura.

Testimonio de cuando estuve en Nueva York (Enero 2022 - Enero 2023)