“Vivir de primera mano la litigación estadounidense ha sido un auténtico privilegio y me ha permitido crecer como abogada procesalista, ampliando mi conocimiento de las instituciones jurídicas del common law”.

Gracias a Uría Menéndez he podido cumplir uno de mis sueños: trabajar como abogada litigante en una firma estadounidense de primer nivel.

En enero de 2022 aterricé en Nueva York a -18 ºC para iniciar mi estancia de doce meses en el Departamento de Litigation de Paul, Weiss, Rifkind, Wharton & Garrison.

Desde mi llegada, mis compañeros en el despacho norteamericano me trataron como una más del equipo y me brindaron la oportunidad de participar en asuntos muy interesantes, incluyendo procedimientos contenciosos ante las cortes federales de Estados Unidos y los tribunales de los estados de Nueva York, Puerto Rico y Delaware. En esos procedimientos participé en interrogatorios interminables a testigos y peritos (depositions), preparé juicios con jurado y comparecí en vistas orales. Finalmente, intervine en arbitrajes comerciales internacionales y en investigaciones en el ámbito del derecho de la competencia.

Vivir de primera mano la litigación estadounidense ha sido un auténtico privilegio y me ha permitido crecer como abogada procesalista, ampliando mi conocimiento de las instituciones jurídicas del common law. El ritmo de trabajo en Paul, Weiss, Rifkind, Wharton & Garrison ha sido intenso, pero pude comprobar que, gracias a la experiencia adquirida en Uría Menéndez, estaba preparada para afrontar todos los retos que se me presentaron.

Durante ese período, también asistí a múltiples iniciativas de networking con clientes y con abogados extranjeros, a conferencias y a programas de formación. He conocido abogados de todas partes del mundo, especialmente compañeros provenientes de despachos de nuestra red de best friends.

En el ámbito personal, Nueva York es una ciudad apasionante. Durante mi secondment pude ver cómo la ciudad volvía a la vida tras la pandemia, y no puedo más que confirmar que el mito es una realidad: en la Gran Manzana no se duerme. Ópera en el Lincoln Center, domingos en el MoMA, carreras en Central Park, baloncesto en el Madison Square Garden, atardeceres desde DUMBO o explorar los restaurantes de Williamsburg son solo algunas pinceladas de la inmensa oferta cultural que ofrece esta vibrante urbe.

Estoy muy agradecida a Uría Menéndez por la que, sin duda, ha sido una de las experiencias más enriquecedoras de mi vida. Vuelvo a casa enamorada de Nueva York y con muchas ganas e ilusión de aplicar en el Despacho lo aprendido durante este magnífico año.